El representante de Carcarañá trabajó intensamente en los últimos meses para la readaptación de su máquina a una nueva motorización y espera que pronto se vean los resultados en la pista.

La primera fecha, en San Jorge, lo encontró con un nuevo motor a medio terminar y no lo pudo estrenar, pero de todas formas pudo sumar buenos puntos con una gran remontada, y ahora con los días de confinamiento, se trabaja para tener todo en las mejores condiciones.

“El año pasado reformé el auto para poner motor Ford, y la verdad no tenía impulsores. Tenía un Max Econo haciéndolo Raúl Fernández y otro distinto Mateo, de Villa Eloísa. Las últimas carreras las corrí para equilibrar el auto esperando el de Fernández. El de tapa chica de Mateo no funcionó bien, era confiable pero iba despacio. A principio de año se lo llevé a Raúl y está haciendo los dos. Por cuestiones de tiempo no me pudo terminar el mejor de los dos”, arrancó a relatar su actividad que lo trajo al 2020 con renovadas expectativas.

Pero sobre la primera cita, en San Jorge, agregó: “A la primera fecha fui de casualidad, me llamó Raúl de que había banqueado el segundo motor y lo mejoró algo pero que le faltaba. Para arrancar el año fui igual y seguía sin funcionar bien. Por otro lado yo llevé un motor para Marconi que no usó, y largamos directamente el domingo la final porque no llegamos para la serie. Largué último y terminé séptimo, en una linda carrera y me divertí bastante”.

Finalmente, con los resultados vistos, Silicani concluyó: El auto para lo que son las finales tiene un buen ritmo, va muy bien, y el gran problema es la falta de motor. Invertimos bastante y esperemos que Raúl ahora los termine. Estoy en un buen camino porque con dos motores, uno que va a funcionar muy bien y el otro tratando de emparejarlo. La idea es, obviamente cuando sea, ir a la segunda con el motor Max Econo para pulir el auto en cuestiones más finas, ya que sin una potencia adecuada es difícil pasar cosas en limpio”.

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